jueves, 5 de noviembre de 2015

EGIPTO: TEMPLOS DE ABYDOS Y DENDERA.




Egipto, a pesar de las hordas de turistas que recibe cada año, sigue cautivando a los viajeros más experimentados, y es que sus magníficos templos y tumbas protegidos por el clima del desierto ha hecho que podamos hacernos una idea de la magnificencia de su arquitectura y de lo que llegó a ser en un pasado. Es una de las mejoras formas de hacer un viaje atrás en el tiempo y dejarse maravillar por una de las civilizaciones más importantes de la Antigüedad.



Hoy en día viajar a Egipto parece que consiste en hacer el tradicional crucero por el Nilo que proponen las agencias de turismo. Nosotros proponemos salir del recorrido habitual y visitar otros enclaves que a pesar de su importancia y valor, inexplicablemente a penas se visitan, dos ejemplos de ellos son  El Templo de Sety I en Abydos, y El Templo de Dendera.



Por cronología histórica parece más respetuoso comenzar con el primero. El templo de Sety I, popularmente conocido como el templo de Abydos, fue construidos por Sety I en honor a Osiris, ya que el lugar donde se enclava era un antiguo lugar de peregrinación por la creencia de tratarse del lugar de nacimiento del dios Osiris. La importancia de este templo radica en los magníficos relieves que encontramos en sus paredes, inigualables a cualquier otro templo de Egipto. En ellos encontramos escenas que muestran al faraón Sety I junto con su hijo, el que luego sería Ramses II. Se trata de un templo que conserva gran parte de su apariencia inicial y muchos de sus relieves mantienen su policromía original, por lo que el grado de conservación es espectacular. En ellos encontramos preciosas imágenes que muestran a los dioses junto con Sety I, constituyendo en su conjunto un importantísimo documento religioso e histórico.





El otro gran lugar que proponemos visitar es el Templo de Dendera, dedicado a la Diosa Hator, se trata de un templo greco-romano, por tanto posterior al de Sety I, pero enormemente sorprendente ya que ha llegado en muy buen estado de conservación  hasta nuestro días, gracias a que se mantuvo sepultado bajo las arenas del desierto.




Cuando se cruza el dintel de la puerta que conduce a su interior, el visitante queda impresionado por la espectacularidad de su estructura y decoración, un bosque de altas columnas coronadas con la efigie de la diosa Hator son las encargadas de recibir a los viajeros. Se trata de un templo de gran singularidad ya que además de contar con todas sus paredes cubiertas de relieves, estás muestran escenas zodiacales en preciosos tonos azules. 



En su interior, se tiene la sensación de estar viendo por un agujero el antiguo Egipto y de regresar a él. Además en sus paredes podemos ver representada a Cleopatra junto a su hijo Cesarión, y las famosas bombillas de Dendera, relieves que muestra lo que hoy en día nos recuerdan a las bombillas tradicionales y  que llenan cientos de páginas en los medios pseudocientíficos.




En definitiva os hablamos de dos lugares dignos de visitar por meritos propios y que gracias al espíritu de Esfera Viajera os  diseñaríamos visitas a medida junto con un guía especializado, permitiendo así conocer realmente la civilización egipcia.

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