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Miguel Ángel, retratado por Rafael en un detalle de La Escuela de Atenas. |
Según muchos historiadores, Miguel Ángel murió a los 88 años
con pleno conocimiento mental y con una vejez muy mal llevada, en lo que a la
aceptación de la misma se refiere. Su culto al cuerpo y a la belleza le llevó a
tener un carácter difícil y al final de sus días llegó a escribir “Estoy
encerrado como la médula por su corteza, aquí pobre y solo, como espíritu
ligado en ampolla”.
En estos días se celebra el 450 aniversario de la muerte de
este gran artista, un humanista de verdad, sin especialización, pintor,
arquitecto, urbanista, escultor, poeta. Para estas celebraciones Italia prepara
algunos eventos de interés, fundamentalmente en Florencia, donde se encuentran
algunas de sus grandes obras.
No es objeto de este post hacer un análisis
artístico de alta investigación, sino simplemente hacer un pequeño homenaje a
tan gran artista e invitar al lector a viajar, observar y disfrutar de cada una
de sus obras, situadas fundamentalmente en Europa.
Odiado y admirado a la vez, uno de sus más dignos
adversarios en pintura, Raffael Sanzio, le retrató en su famoso fresco de la
Escuela de Atenas en los palacios del Vaticano. Y lo hizo robusto y fuerte,
anguloso e imponente, casi perturbador, como a él le hubiera gustado y tal y
como él hizo en tomar al famoso Torso Belvedere como modelo para tantas de sus
obras. Aunque hay cientos de obras realizadas por este artista, aquí solo nos caben
referenciar unas poquitas e ilustrar aún menos.
Obras en escultura.
Miguel Ángel dispone de una impresionante trayectoria en escultura.
Repartida en Italia; París, Brujas y Sant Petersburgo.
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Bacco en el Museo del Barghello, Florencia |
Una de sus primeras obras de escultura fue el Baccus que hoy
podemos disfrutar en el Bargello de Florencia. Una imagen que retrata a la perfección
los estragos del vino, y una de las primeras en la que aparecen esas connotaciones
eróticas que tanto caracterizaron sus obras.
Aparecen en su vida ciertas obras de carácter dulcificado.
Es el caso de la Piedad, una de sus esculturas más conocidas. Una de las más
impresionantes que se puede disfrutar desde todos los ángulos y en la cual, las
facciones, la caída del cuerpo y el trabajo en los ropajes hacen de esta gran
obra maestra una pieza de referencia. La Madonna de Brujas (Bélgica), es otra
de estas obras dulces, con ciertas semejanzas de la Piedad, sobre todo en sus
vestiduras, pero un tamaño mucho menor.
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Copia en escayola de La Piedad. |
No podemos obviar la archiconocida escultura del David, en
la Galleria de la Accademia de Florencia. Qué decir sobre ella. Impresionante,
enorme, en el que deja sus recursos religiosos y se deja llevar por lo erótico
de los gobernantes. La pieza entera es increíble, pero de especial interés la
mano derecha tan poderosa en la que detalló hasta las venas.
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Copia de David situada en la Plaza de la Signoria de Florencia. |
De vuelta a la temática religiosa, sus relaciones con el
Vaticano corrieron buenas y malas épocas. Uno de sus principales valedores fue
Julio II que quería un gran altar funerario diseñado y esculpido por Miguel Ángel,
y se quedó en un altar de cierta envergadura cuya figura más resaltada es el inquietante
y poderoso Moisés con las tablas de la ley. Tengo que decir, que en escultura
es una de mis obras favoritas. Mirar a los ojos de esta pieza es echarse a
temblar.
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El Moisés en San Pietro in Vincoli |
A partir de esta época realizó muchas piezas de más o menos
importancia, para mi gusto… y que muchas ellas no terminó, relativas a los esclavos,
y a la Victoria. Sin embargo si terminó el Cristo de la Minerva que después fue
dulcificado por otro escultor Romano hasta darle la apariencia actual. En esta
época también realizó las Capillas Medicceas y sus esculturas, situadas en
Florencia.
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Cristo Resucitado de Sopra Minerva |
Miguel Ángel tiene varias obras en pintura, como un Santo
Entierro en la National Gallery de Londres, El Tondo Doni en los Uffizzi de
Florencia, unos grupos de frescos en la Capilla Paulina (estos últimos no les
he visto nunca), pero si por algo será recordado es por sus grandes obras en la
Capilla Sixtina. Primero la bóveda y treinta años después el Juicio Final. No
se puede decir nada de estas increíbles creaciones, porque hay que verlas para
poder transmitir lo que realmente son y transmiten. El propio Miguel Ángel fue
un gran innovador. Retrató a todos sus personajes desnudos y la figura central
del Juicio Final, está representada por un Cristo castigador, enérgico y aterrador, con unos rasgos renacentistas de
belleza masculina que nada tiene ver con lo esperado de un hebrero del año 0. El
Papa Pío V encargó a Daniel de la Volterra tapar todos los desnudos de las
figuras con un “paño de pureza” por
parecerle poco pudoroso. Esta iniciativa
que en italiano se conoce como el “Braghettone”. Curiosidades de la Iglesia
milenaria…
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Vista del Juicio Final |
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Vista de los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina |
Arquitectura y
Urbanismo
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Palacio Farnesio |
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VIsta de la Cúpula de San Pedro desde los jardines del Vaticano |
Se me termina el espacio y casi no puedo hablar de esta
materia. Igual de importante es su aportación a este campo que al resto de
ramas artísticas. Y es que la cúpula de San Pedro del Vaticano en confrontación
con Bramante, la plaza y edificios del
Senado de Roma (El Campidoglio), y el Palacio Farnesio le han elevado al podio
de los grandes arquitectos y urbanistas de la historia.
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Esquema de la Plaza de El Campidoglio |
Diseñador.
No sé si podríamos decir que es el precursor de la moda de
firma italiana, pero fue el creador de los uniformes de la Guardia Suiza que
protegen al Papa. Quizá fueran apropiados para la época, pero ahora…un tanto
demodé.
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