viernes, 8 de enero de 2016

LOS JARDINES MAS BELLOS DEL MUNDO



En estos albores del año no apetece otra cosa más que vivir y disfrutar de lugares frescos, verdes, húmedos, cálidos, que nos alegren la vista, los sentidos y nos permitan actividades de ocio a la vez que permiten soportar mejor el calor. En esta línea, nada mejor se me ocurre que hacer un repaso por los más hermosos jardines del mundo que he conocido, entendiéndolo como tal, aquellos entornos de esencia natural pero que de una manera o de otra han sido reorganizados por la mano del hombre.

Nada me gustaría más que empezar este repaso por los jardines colgantes de Babilonia, pero las tropas de Alejandro Magno allá por el siglo IV a.C. fueron la puntilla para una de las maravillas del mundo antiguo.


Para empezar un lugar recóndito, una sorpresa, un lugar íntimo destinado a albergar la vida de las Beguinas, que eran mujeres que consagraban su vida a Dios sin abandonar la vida laica y dedicadas a la beneficencia. Eran mujeres libres, podían tomar esposo y abandonar su lugar en esta comunidad, pero para una labor tan espiritual y discreta requerían de espacios reducidos, pequeños, silenciosos, relajantes. El más inspirador para mí es el Beaterio de Brujas. El verdor de la pradera, el surco generado por los canales, la multitud de árboles que suenan con el pasar del viento y las casitas blancas de tejados empinados lo hacen un lugar idóneo para el cuidado, el respeto y la meditación.
 
Desde Europa, cambiamos de continente para llegar a una ciudad entera llena de exóticos jardines. Esta es la ciudad de Suzhou. Una próspera ciudad allá por el siglo XVI debido al comercio de la seda, que permitió a sus grandes empresarios construirse mansiones rodeadas de inmensos jardines que aportan equilibrio, serenidad y una apetecible necesidad de beber un té verde. Dos de los jardines más bonitos son El Maestro de Redes y el Jardín del Administrador Humilde (que si su humildad era proporcional a las dimensiones de este espacio, sería la persona más humilde de la historia de la humanidad). Pabellones, bambús, helechos, arces, lotos, carpas, todos los elementos para el relax de los sentidos.



Volviendo a Europa de manera definitiva, podemos continuar mencionando un jardín inglés de diferentes fases y estilos arquitectónicos. El jardín de Hamptoncourt mantiene los espacios evolucionados desde los Tudor, cuando por allí paseaban los pies sangrientos de Enrique VIII tras cortar la cabeza a alguna de sus mujeres, hasta los pequeños y cortos pasos de El Sombrerero y los de la Reina de Corazones de Alicia en el País de las Maravillas.


Seguimos en Inglaterra a través del Stourhead Gardens en el condado de Wiltshire. Uno de los jardines más impresionantes que he visto, más logrados y más evocadores de la novela romántica inglesa. Un jardín privilegiado presidido por un palacio paladiano, el nacimiento del río Stour y varios pabellones y población de mantenimiento de la mansión y jardín. Una auténtica joya inglesa.



Del jardín inglés, nos pasamos al estilo renacentista italiano, de los Jardines Boboli en Florencia. Una inmensa extensión de jardines que servían para la competencia entre dos de las más famosas familias italianas, la Medicis sobre los Pitti al comprarles allá por el siglo XVI su increíble palacio toscano.

Una vez llegado a este punto es difícil superarse, y podríamos recorrer los principales jardines imperiales, comenzando por Versalles y sus fastuosos espacios paisajísticos y monumentales lagos, trianones y las villas de Maria Antonieta. Espacio teatral donde se vivió la Revolución Francesa como espacio de intento de huida de la familia Real y precisamente donde esta familia hizo sus grandes fiestas y excesos que tanto enfurecieron al pueblo Francés. O pensar que Napoleón y Josefina hicieron de sus Trianones su residencia preferida, o que en el salón de los espejos, con vistas a estos jardines se firmó el tratado  que dio final a I Guerra Mundial  y sentó un motivo más para el inicio de la Segunda 20 años después. Muy relacionado con este, por parentescos familiares, por cercanía y relaciones internacionales de la época podemos destacar los Jardines de Schönbrnn. Un magnífico jardín imperial, presidido por la Glorieta como pabellón de descanso. Un jardín remodelado en el romanticismo que alberga escenografías de ruinas romanas al estilo y gusto del XIX.


Uno de los más impresionantes son los Jardines de Peterhof. El palacio Imperial de Pedro El Grande en las proximidades de San Petersburgo. El palacio fue todo un símbolo de los Zares y que Hitler intentó tomar tras el asedio a la antigua Leningrado. Hasta tal punto es un símbolo de poder y de magnificencia que Stalin lo destruyó a cañonazos para evitar que Hitler pudiera celebrar en este lugar la potencial victoria sobre la ciudad. Sus juegos de fuentes de Hércules, la delicadeza de los detalles y tanta historia entres sus árboles ponen la piel de gallina al espectador.


Sin lugar a dudas podíamos terminar esta nota con los Jardines de la Granja, pero debido a su gran influencia franco-italiana, ya comentadas en párrafos anteriores he pensado terminar con algo mucho mas español, más castizo, más andaluz: Los jardines de los Reales Alcázares de Sevilla. Un lugar refrescante y aromático, en el que moros y cristianos han dejado su huella, su toque de aroma y de color.
 


 

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