Salimos a la Alsacia
Esfera Viajera comienza hoy
con este post el primero de una serie de días que ponen marcha nuestro
viaje a la Alsacia en plena época de nieve, frio, esquí y navidades. Un viaje
cercano en distancia pero de otro mundo en contenido. Ideal para disfrutar de
manera relajada de turismo artístico, cultural, gastronómico y buenos vinos y
quesos. Un buen destino para divertirse con los niños en pueblos de cuento e
infinitos mercados navideños.
Disponemos de billetes aéreos Madrid-Basel Mulhouse. Allí
hemos alquilado un coche y tenemos reservado un alojamiento en la bonita ciudad
de Colmar. Desde allí visitaremos todos los pueblecitos que allí se llaman las
Estrellas de Navidad.
Selestat y el
Castillo de Haut-Koenigsburg
El primero de nuestros destinos es la visita al Castillo de
Haut-Koenigsburg, una edificación que está en lo alto de una montaña. Es un
castillo pequeño situado en un bosque por encima de grandes campos de viñedos
riesling. Es uno de los castillos más bonitos que he visto nunca, no por sus
dimensiones, sino por sus detalles (pinturas murales, salas con todo detalle,
galerías, comedor, mobiliario, chimeneas). Construido con una piedra roja de la
zona que refuerza su imponente perfil.
A pocos kilómetros de allí hay una pequeña ciudad llamada
Selestat, situada entre los grandes viñedos del valle. La leyenda cuenta que
fue construida esa ciudad por el Gigante Sleto. Fue una ciudad especialmente
importante en el momento del Renacimiento. Grandes e imponentes edificios
civiles y religiosos hacen que su visita de un par de horas merezca la pena.
Estrasburgo
Ciudad Europea donde las haya, y que desprende ese aura de
ciudad elegante e imponente, tanto por su historia como por su importancia
política. No podemos olvidar que aquí se encuentra la sede oficial del
Parlamento Europeo.
Su catedral, visible desde kilómetros de distancia es de una
especial piedra rosada. Una impresionante catedral edificada para albergar una importante
sede religiosa. La fachada y el Rosetón hacen comprender al viajero por qué
está declarada Patrimonio de la Humanidad.
De esta ciudad podríamos ensalzar infinidad de cosas,
incluidos restaurantes, pero no queremos cerrar el post sin hacer mención a la Petite France, situada en una gran isla
del río Ill con una serie de canales y cascadas a través de un área medieval en
la que se conserva la típica arquitectura franco-alemana.
Estrellas de Navidad
Más que estrellas de navidad se podrían denominar los
pueblos de los hermanos Grimm, ya que paseando por sus calles uno puede esperar
a Hansel y Gretel o a la
mismisima Blancanieves.
Kayserberg, Riquewihr, Riveauville, Eguisheim y Turkheim,
rodean a la fabulosa Colmar. Urbanismo y arquitectura medieval, canales y puentes,
y en esta época llena de mercadillos navideños. Solo Colmar, con grandiosas
iglesias y pequeñas calles y canales cuenta con 5 mercados navideños, uno de
abetos y tres pistas de patinaje.
Un auténtica delicia cenar quesos de la zona, caracoles a la
francesa y un magret de pato ahumado,
para terminar con unas deliciosas pastas de navidad. Todo ello acompañado por
cualquiera de los vinos alsacianos en los que existen 50 D.O.
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