miércoles, 1 de julio de 2015

Miguel Angel Buonarroti. 450 años de su muerte


Miguel Ángel, retratado por Rafael en un detalle de La Escuela de Atenas.
                                     
Según muchos historiadores, Miguel Ángel murió a los 88 años con pleno conocimiento mental y con una vejez muy mal llevada, en lo que a la aceptación de la misma se refiere. Su culto al cuerpo y a la belleza le llevó a tener un carácter difícil y al final de sus días llegó a escribir “Estoy encerrado como la médula por su corteza, aquí pobre y solo, como espíritu ligado en ampolla”.
En estos días se celebra el 450 aniversario de la muerte de este gran artista, un humanista de verdad, sin especialización, pintor, arquitecto, urbanista, escultor, poeta. Para estas celebraciones Italia prepara algunos eventos de interés, fundamentalmente en Florencia, donde se encuentran algunas de sus grandes obras.
No es objeto de este post hacer un análisis artístico de alta investigación, sino simplemente hacer un pequeño homenaje a tan gran artista e invitar al lector a viajar, observar y disfrutar de cada una de sus obras, situadas fundamentalmente en Europa.
Odiado y admirado a la vez, uno de sus más dignos adversarios en pintura, Raffael Sanzio, le retrató en su famoso fresco de la Escuela de Atenas en los palacios del Vaticano. Y lo hizo robusto y fuerte, anguloso e imponente, casi perturbador, como a él le hubiera gustado y tal y como él hizo en tomar al famoso Torso Belvedere como modelo para tantas de sus obras. Aunque hay cientos de obras realizadas por este artista, aquí solo nos caben referenciar unas poquitas e ilustrar aún menos.
Obras en escultura.
Miguel Ángel dispone de una impresionante trayectoria en escultura. Repartida en Italia; París, Brujas y Sant Petersburgo.
Bacco en el Museo del Barghello, Florencia
Una de sus primeras obras de escultura fue el Baccus que hoy podemos disfrutar en el Bargello de Florencia. Una imagen que retrata a la perfección los estragos del vino, y una de las primeras en la que aparecen esas connotaciones eróticas que tanto caracterizaron sus obras. 
Aparecen en su vida ciertas obras de carácter dulcificado. Es el caso de la Piedad, una de sus esculturas más conocidas. Una de las más impresionantes que se puede disfrutar desde todos los ángulos y en la cual, las facciones, la caída del cuerpo y el trabajo en los ropajes hacen de esta gran obra maestra una pieza de referencia. La Madonna de Brujas (Bélgica), es otra de estas obras dulces, con ciertas semejanzas de la Piedad, sobre todo en sus vestiduras, pero un tamaño mucho menor.


Copia en escayola de La Piedad.
No podemos obviar la archiconocida escultura del David, en la Galleria de la Accademia de Florencia. Qué decir sobre ella. Impresionante, enorme, en el que deja sus recursos religiosos y se deja llevar por lo erótico de los gobernantes. La pieza entera es increíble, pero de especial interés la mano derecha tan poderosa en la que detalló hasta las venas.

Copia de David situada en la Plaza de la Signoria de Florencia.
De vuelta a la temática religiosa, sus relaciones con el Vaticano corrieron buenas y malas épocas. Uno de sus principales valedores fue Julio II que quería un gran altar funerario diseñado y esculpido por Miguel Ángel, y se quedó en un altar de cierta envergadura cuya figura más resaltada es el inquietante y poderoso Moisés con las tablas de la ley. Tengo que decir, que en escultura es una de mis obras favoritas. Mirar a los ojos de esta pieza es echarse a temblar.
El Moisés en San Pietro in Vincoli
A partir de esta época realizó muchas piezas de más o menos importancia, para mi gusto… y que muchas ellas no terminó, relativas a los esclavos, y a la Victoria. Sin embargo si terminó el Cristo de la Minerva que después fue dulcificado por otro escultor Romano hasta darle la apariencia actual. En esta época también realizó las Capillas Medicceas y sus esculturas, situadas en Florencia.

Cristo Resucitado de Sopra Minerva

Pintura.
Miguel Ángel tiene varias obras en pintura, como un Santo Entierro en la National Gallery de Londres, El Tondo Doni en los Uffizzi de Florencia, unos grupos de frescos en la Capilla Paulina (estos últimos no les he visto nunca), pero si por algo será recordado es por sus grandes obras en la Capilla Sixtina. Primero la bóveda y treinta años después el Juicio Final. No se puede decir nada de estas increíbles creaciones, porque hay que verlas para poder transmitir lo que realmente son y transmiten. El propio Miguel Ángel fue un gran innovador. Retrató a todos sus personajes desnudos y la figura central del Juicio Final, está representada por un Cristo castigador, enérgico  y aterrador, con unos rasgos renacentistas de belleza masculina que nada tiene ver con lo esperado de un hebrero del año 0. El Papa Pío V encargó a Daniel de la Volterra tapar todos los desnudos de las figuras  con un “paño de pureza” por parecerle poco pudoroso. Esta  iniciativa que en italiano se conoce como el “Braghettone”. Curiosidades de la Iglesia milenaria…
Vista del Juicio Final

Vista de los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina
Arquitectura y Urbanismo

Palacio Farnesio


VIsta de la Cúpula de San Pedro desde los jardines del Vaticano

Se me termina el espacio y casi no puedo hablar de esta materia. Igual de importante es su aportación a este campo que al resto de ramas artísticas. Y es que la cúpula de San Pedro del Vaticano en confrontación con Bramante,  la plaza y edificios del Senado de Roma (El Campidoglio), y el Palacio Farnesio le han elevado al podio de los grandes arquitectos y urbanistas de la historia.

Esquema de la Plaza de El Campidoglio
 
Diseñador.
No sé si podríamos decir que es el precursor de la moda de firma italiana, pero fue el creador de los uniformes de la Guardia Suiza que protegen al Papa. Quizá fueran apropiados para la época, pero ahora…un tanto demodé.