lunes, 30 de noviembre de 2015

VIAJES DE VOLUNTARIADO



Queremos estrenarnos en este sencillo blog presentando una alternativa de cara a los próximos meses. Una experiencia única que permitirá conocer otras gentes, otras culturas y a la vez colaborar como voluntario en labores humanitarias. Cuatro son las propuestas que os pasaremos a comentar para disfrutar de unas vacaciones solidarias, trabajando en voluntariado internacional.
 

Para una mayor diversidad de destinos de los que aquí comentaremos, queremos ofrecer nuestro portal favorito, www.mundovoluntario.com que ofrece programas en todos los continentes a la vez que organiza recorridos turísticos sostenibles.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

VALLE DE KATHMANDU



Tras los últimos concejos en los que el Cuaderno de Viajes no se ha detenido en ningún punto concreto, sino que trataba de recorrer diferentes partes del mundo, en esta ocasión se ha querido acercar al maravilloso valle de Katmandú. Y es que, aparte de ser uno de lo viajes realizados en este 2013, es uno de los que recuerdo con mayor encanto, tranquilidad y bienestar de los últimos meses. Recorrer sus caóticas calles, pasar un poco de frio proveniente de la plataforma tibetana y acudir a los sitios más espirituales que he visitado, me invitan a compartir de una manera un tanto superficial esta gran experiencia viajera tan profunda.

La llegada se hace a través de su aeropuerto Internacional. Un terrible aeropuerto de ladrillo visto infra-equipado que obliga a los aviones a dar vueltas y vueltas sobre un mismo eje dentro del valle para aterrizar y para despegar debido a la increíble altura que tiene las montañas de la cordillera tibetana que rodean la ciudad… este fue el único maltrago del viaje.

Hay que comprender, que Kathamandú es el nombre de la ciudad actual, pero hace siglos, era un conjunto de ciudades con sus reinos, reyes, nobles, ejércitos y sus propias plazas del palacio correspondientes (Plaza Durbar), así trataremos de recorrer Thamel, Patan y Bhaktapur, el templo hinduista mas importante del país en Pashupatinath y las estupas más famosas del Budismo en Swayambhunath y Bodnath.

Ya hemos mencionado en líneas anteriores las increíbles plazas Durbar de las distintas ciudades originales que forman hoy en día Kathmandú. Nada como pasear por las calles que forman las plazas y entrar por sus edificios y poder rematar esas experiencias con una comida o cena desde uno de los áticos de los muchísimos restaurantes que están situados en las alturas de los edificios circundantes. Una autentica oportunidad para disfrutar de la comida Nepalí y Tibetana al a vez que se disfruta de unas de las vistas más increíbles, con el Himalaya al fondo de la ciudad. Las entradas a las plazas Durbar se hacen con ticket de pago, pero si se va a pasar varios días en alguna de ellas, es posible conseguir un pase de varias jornadas de duración si se acude a la oficina de turismo y se acredita la estancia en los hoteles. 

Las imágenes de las plazas son tan impresionantes que es difícil establecer una escala. Las cubiertas puntiagudas, los impresionantes palacios con hermosas tallas de madera, edificios en piedra labrada de carácter Hindú e impresionantes esculturas doradas de gran simbología y de los muchos reyes que han gobernado estas ciudades convierten a las plazas en auténticos museos al aire libre. La plaza Durbar de Thamel (la hoy conocida como de Katmandú) es una plaza mas usada por los nepalíes, con mercados al aire libre, centros de oración a los que acuden a diario y dejan sus ofrendas al pasar y con una nube de palomas que lo dan un aire original y de propio uso. No se pueden obviar los ascetas tan llamativos que pululan por las calles.


La plaza Durbar de Patan (Lalitpur) tiene un aire opulento, más místico, mas dedicados a los Dioses y a la espiritualidad hindú, incluso a los placeres divinos de la vida como el sexo… muestra de ello las tallas eróticas de las cintas que sujetan las cubiertas de palacios y templos.


La plaza Durbar de Baktapur, la más señorial, la más elegante, con grandes palacios, suelo de barro, impresionantes templos y magnificas esculturas a tamaños increíbles.



Siguiendo con la cultura hindú, también recorremos su principal centro en Nepal, el más visitado y cruzado por el río Bagmati. Se denomina el templo de Pashupatinah, consagrado a Pashupati, encarnación benéfica de Shiva (el destructor). La pega es que no se puede entrar dentro si no eres Hindú, pero se pueden disfrutar de unas magnificas vistas de sus Gaths, donde hacen ofrendas, procesiones y lo que es más importante para ellos, las incineraciones para el paso a la siguiente vida. ¡LA RUEDA DE LA VIDA CONTINUA!


En la imagen se pueden comprobar cómo conviven en el hinduismo las etapas de la vida. A la vez que se realizan procesiones de ofrendas y de celebraciones, se realizan las incineraciones. Si bien en esta imagen aparece un cadáver, nunca hemos reproducido una incineración, ya que se tiene la creencia de que la cámara captaría el espíritu del difunto y se le impediría el camino a la siguiente vida.

Una vez recorridos los palacios y el hinduismo de Kathmandú, nos vamos a sumergir en el Budismo. Dos de los centros más importantes de esta religión, que más que un credo, es una increíble filosofía de vida que aleja al ser humano del sufrimiento con la iluminación. Dos estupas de las más importantes del budismo se pueden visitar. La primera la llamada SwayamBunath  que domina la ciudad en una colina y tiene una especial simbología gracias al complejo en el que está edificada. Nuestra visita fue excepcional mientras los rezos del mantra Oh mani padme hum, se repetían sin parar.

Y la más importante, la estupa de Bodhnath. La aldea en la que se sitúa esta estupa alberga esta enorme y famosa construcción, a la que viajeros acuden para pedir suerte. Hoy este gran relicario es visitado por los tibetanos provenientes de peregrinación o por el exilio tras la ocupación china. Se dice que alberga parte de los huesos de Buda Sakiamuni, y es uno de los lugares más venerados por los budistas. Increíble la mirada de los ojos de buda en los cuatro costados de la estupa dorada. Increíble la devoción de los monjes durante los rezos, e impresionante la oportunidad y sorpresa que nos ofreció al poder asistir a los rezos en directo.