Antes de entrar en más detalle es bueno centrar el tipo
de equipaje en cuanto al medio de transporte a utilizar. Por ello, si se va a
utilizar un avión es importante contar con un equipaje a facturar que sea
resistente al manejo del personal del aeropuerto, por lo que las duras, pero
con capacidad de flexibilizar su forma son las más recomendadas. Para el caso
del equipaje de cabina es será imprescindible contar con las restricciones que
cada compañía impone para este tipo de maleta.
Otro factor importante es contar con la climatología de
nuestro destino, ya que el objetivo final será disponer de una maleta de poco
peso y poco volumen. Hay que evitar llenar el equipaje y que luego sobren la
mitad de las piezas y productos empaquetados.
Las cosas más pesadas y líquidos a facturar debemos
ubicarlos en la parte de abajo, con la finalidad dar más estabilidad a la
maleta, tanto si es troley como si es mochila.
Existen varias metodologías para el empaquetado. Hoy
vamos a contar la forma del rulo. Se toma un o unas piezas de ropa que no se
arrugan por ejemplo unos calcetines o un bote de afeitar, desodorante etc, y
sobre ese eje se va formando un cilindro de ropa. Las piezas que menos se
arruguen o menos importen más cercanos al eje (camisetas y pantalones vaqueros)
seguidamente de pantalones de tela y jerséis para terminar con las camisas. En
cualquier equipaje se podrán realizar varios rulos de este tipo. Lo que se
consigue es tener la ropa con las menores arrugas posibles y evitando todos los
espacios vacios que produce la vestimenta al doblarla.
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