Aunque
nada tiene de novedad después de estos años desde su consagración, la Sagrada Familia es
uno de los templos que más nos ha impresionado en los últimos tiempos. Por sus
dimensiones, por su estilo, pero sobre todo por la sensación que ofrece su
interior de encontrarse en un bosque de palmeras.
Este
simbolismo natural, tan típico del modernismo, y tan personal que trataba
de dar Gaudí
a su obra final es un ejemplo imponente de arquitectura novedosa. Cuando
visitamos la primera vez la Sagrada Familia fue en una excursión escolar. En
aquel momento no se podía visitar aún la nave principal, pero fue impresionante
la sensación que ofrece la fachada
de la Natividad de haber sido realizada con barro, al igual que
los niños hacen castillos de arena en la playa. ¡Esa imagen nos dejó
impactados! De otro estilo completamente distinto podemos apreciar la
facha de la Pasión, obra de Subirachs, infinitamente más dura, austera,
geométrica y con aristas.
Sospredente
es el gran número de detalles orgánicos que aparece en el diseño: tortugas,
patos, gansos, palomas, todo tipo de vegetación.
Cada
torre, que existe y que se construya en el futuro representa a un personaje de
la vida de Cristo, como así se identifica en cada una de ellas. No obstante,
aún queda la más importante. Pendiente está, entre otras, la torre principal,
dedicada a Jesús, medirá 170 metros de altura si se cumplen los diseños
originales de Gaudí.
Aunque
la edificación es impresionante en sí, aun estando inacabada, es muy curioso e
interesante el museo que sobre la construcción existe, en el que se muestran
maquetas, diseños y el proceso de cómo se llega a interpretar y diseñar una
edificación tan singular.
Las
dimensiones, el diseño, la entrada de luz y las vidrieras crean un entorno
único que hacen apreciar el magnífico ejemplo de la vitalidad de una
arquitectura que evolucionó en el tiempo. Desde su estilo neogótico, estricto
en el ábside (recuerda mucho a los pilares del ábside de Santa María del Mar) y
que Gaudí los llevó a su máxima espontaneidad, improvisando parte de la
estructura según se avanzaba la obra. Se reorientaron los diseños llevando los
planteamientos iniciales al estilo naturalista y orgánico a semejanza de la
naturaleza de Gaudí, prescindiendo de contrafuertes gracias al diseño de las
columnas.
Aquí
os dejamos un link de la Sagrada Familia para que comprobéis horarios y días disponibles,
así como el precio de la entrada.
Nada
como aprovechar este verano para visitar Barcelona, comer en uno de los
restaurantes cercanos a la Sagrada Familia y disfrutar de alguna terraza
de la ciudad tras haber caído el sol y haber visitado la casa Batlló.
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