sábado, 19 de marzo de 2016

CHINA II: PINGYAO



Como os comentábamos en el anterior post estamos inmersos en la preparación de un viaje para unas clientas a China, y aunque pensábamos dedicar unas líneas al Templo del Cielo, hemos preferido reorientar el comentario a la que puedo decir es nuestra ciudad preferida de China, Pingyao. Una ciudad tremendamente cinematográfica, y que alberga la ciudad amurallada mejor conservada de China. Los muros de ladrillo gris, las cubiertas  tan típicas, los famosos farolillos rojos y los patios llenos de pequeños árboles y plantas permanecen inalterables en el tiempo.





Sus calles son polvorientas y adoquinadas a través de las cuales se pueden visitar los edificios gubernamentales de la época, los templos de diferentes tipos y las típicas mansiones de las familias nobles.



La impresionante muralla, las antiguas residencias de los banqueros y aristócratas, las oficinas del gobierno del condado (xianyashu), el templo confuciano y la torre de la ciudad completan los principales puntos de interés de la ciudad.


Estando en esta vieja ciudad nos podemos sumergir en hoteles que han conservado la estructura  y los salones de manera magistral, así como una gastronomía de calidad y alejada de los grandes grupos hoteleros y por lo tanto de los turistas generales.


Sin embargo en una visita a Pingyao merece la pena visitar tres puntos en sus alrededores. 


El Templo Shaoling (Shuanglin) que alberga una gran simbología pictórica y escultórica. Las estatuas de dioses protectores de la entrada atemorizan al visitante no solo por su gesto sino por la soledad de la visita, en la que solo conseguimos escuchar los teléfonos móviles de los monjes saholing.


Otras dos visitas en los alrededores son dos mansiones señoriales: la Casa de la familia Quiao y la casa de la familia Wang.  La primera es una ornamentada casa  en la que se rodó la película de LaLinterna Roja, y que se distribuye en varios patios y habitaciones  para el disfrute dl que fuera en su momento un modesto comerciante de té y tofu. Suele estar atestada fundamentalmente de turistas chinos. 

En el caso de la casa de la familia Wang es lo que en Europa llamaríamos un castillo. Compuesto por una estructura imponente y exagerada. Dispone de 123 patios y las salas en su mayoría carecen de mobiliario.

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